Imagen de portada. Un intercambiador biológico en el Campus Altos de Palihue: imagen digital procesada con LUMION y PHOTOSHOP, de un espacio de socialización proyectado para el Plan de Desarrollo Urbano Ambiental (PDUA). Créditos: Nicolas Herrero (2022).
GEOMETRÍAS DE LO SOCIAL: UN ACERCAMIENTO
A LA URBANÍSTICA RELACIONAL
El diagnóstico y propuesta del Plan de desarrollo
urbano ambiental del Campus de la Universidad
Nacional del Sur en Altos de Palihue,
Bahía Blanca 2024.
Luis Pites
RESUMEN En el contexto de las oportunidades de inclusión social que ofrecen los modelos de desarrollo de las ciudades del siglo XXI, los modelos de análisis diagramático-espaciales del tipo metodología de modificación integrada o IMM, en especial los aplicables a ciudades intermedias; abren la posibilidad de integrar estos modelos asociados a la morfología analítica de base infraestructural con los procesos de configuración del desarrollo urbano de base instrumentalista. Este trabajo relaciona las posiciones de varios autores del campo morfo - analítico para, a partir de la determinación de variables complejas espacializadas -las que definen los procesos de capitalización, estructuración y socialización de lo urbano- y sus relaciones significativas -de configuración urbana y de sus cualidades inclusivas-, proponer instrumentos cognitivos que contribuyan a la construcción de un pensamiento relacional que vincule la configuración urbana con las condiciones de cualificación como medios de inclusión social, aplicándolos a un estudio de caso en la ciudad de Bahía Blanca. PALABRAS CLAVE urbanismo; modelos morfológicos; modelos analíticos; configuración urbana; inclusión social. | DATOS DEL AUTOR Luis Pites. Arquitecto. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Universidad Nacional de Mar del Plata (FAUD, UNMdP). Doctorando en Arquitectura y Urbanismo (DARQUI, FAUD, UNMdP). Profesor adjunto de Diseño arquitectónico II y Ayudante de planificación I y II en la carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional del Sur (UNS). Director y miembro de Proyectos de Grupos de Investigación (PGI, UNS). Coautor del Programa de apoyo y fortalecimiento de la Investigación en Arquitectura (PROARQ, UNS). Evaluador para proyectos de extensión del banco de evaluadores locales de la UNS. Contacto: luismiguel.pites@uns.edu.ar AGRADECIMIENTOS A Lola, Martina, Juan Cruz, Carolina, Emi y los estudiantes que han participado de nuestras investigaciones en el PGI “Pensar las prácticas”. A Claudio y Romualdo por el acompañamiento de siempre. |
GEOMETRIAS DO SOCIAL: UMA ABORDAGEM AO URBANISMO RELACIONAL Diagnóstico e Proposta para o Plano de Desenvolvimento Ambiental Urbano para o Campus da Universidade Nacional do Sul em Altos de Palihue, Bahía Blanca, 2024 | RESUMO No contexto das oportunidades de inclusão social oferecidas pelos modelos de desenvolvimento das cidades do século XXI, modelos de análise diagramático-espacial do tipo Metodologia de Modificação Integrada (IMM), especialmente aqueles aplicáveis a cidades intermediárias, abrem a possibilidade de integrar esses modelos associados à morfologia analítica baseada em infraestrutura com processos de configuração de desenvolvimento urbano de base instrumentalista. Este artigo conecta as posições de diversos autores no campo morfo-analítico. A partir da determinação de variáveis espacializadas complexas -aquelas que definem os processos de capitalização, estruturação e socialização do ambiente urbano- e suas relações significativas -de configuração urbana e suas qualidades inclusivas-, este artigo propõe ferramentas cognitivas que contribuem para a construção de um pensamento relacional que vincule a configuração urbana às condições de qualificação como meio de inclusão social, aplicando-as a um estudo de caso na cidade de Bahía Blanca. PALAVRAS CHAVE planejamento urbano; modelos morfológicos; modelos analíticos; configuração urbana; inclusão social. |
GEOMETRIES OF THE SOCIAL: AN APPROACH TO RELATIONAL URBANISM The Diagnosis and Proposal for the Urban Environmental Development Plan for the Universidad Nacional del Sur Campus in Altos de Palihue, Bahía Blanca, 2024 | ABSTRACT In the context of the opportunities for social inclusion offered by the development models of 21st-century cities, diagrammatic-spatial analysis models of the Integrated Modification Methodology (IMM) type, especially those applicable to intermediate cities, open up the possibility of integrating these models associated with infrastructure-based analytical morphology with instrumentalist-based urban development configuration processes. This paper connects the positions of several authors in the morpho-analytic field. Based on the determination of complex spatialized variables -those that define the processes of capitalization, structuring, and socialization of the urban environment- and their significant relationships -of urban configuration and its inclusive qualities- this paper proposes cognitive tools that contribute to the construction of relational thinking that links urban configuration with qualification conditions as a means of social inclusion, applying them to a case study in the city of Bahía Blanca. KEYWORDS Urban Planning; Morphological Models; Analytical Models; Urban Configuration; Social Inclusion. |
Puede afirmarse que, si el siglo XX se define como el siglo de la urbanización global en virtud del rol hegemónico de esta condición del desarrollo socio territorial; el siglo XXI se definirá de acuerdo con las oportunidades de inclusión social que esas condiciones impongan a sus habitantes. A ese respecto, dice David Harvey -Geógrafo radical de origen materialista- que las cualidades de la vida urbana en el siglo XXI definirán las cualidades de la propia civilización (Harvey, 1996: 519).
En el contexto de las oportunidades de inclusión social que ofrecen los modelos de desarrollo de las ciudades del siglo XXI (Harvey, 1996), los modelos de análisis diagramático-espaciales del tipo metodología de modificación integrada o IMM (Tadi y Manesh 2013), en especial los aplicados a ciudades intermedias; abren la posibilidad de integrar los modelos asociados a la morfología analítica de base infraestructural (de Solá Morales, 1986) con los procesos de configuración del desarrollo urbano de base instrumentalista (Harvey, 1982).
Este trabajo relaciona las posiciones de varios autores del campo morfo - analítico para, a partir de la determinación de variables complejas espacializadas -las que definen los procesos de capitalización, estructuración y socialización de lo urbano- y sus relaciones significativas -de configuración urbana y de sus cualidades inclusivas-, proponer instrumentos cognitivos que contribuyan a la construcción de un pensamiento relacional (Bourdieu y Wacquant, 2008) que vincule la configuración urbana con las condiciones de cualificación como medios de inclusión social, aplicándolos a un estudio de caso en la ciudad de Bahía Blanca.
Desde este abordaje propio del enfoque instrumentalista (Harnecker 1984), Harvey llama la atención sobre dos aspectos que exigen una reflexión necesaria si es que se espera generar efectos significativos de cambio en aquellas cualidades: por un lado, el de cómo se producen las diferencias en las condiciones de desarrollo -haciendo especial hincapié en las que se producen a través de las actividades humanas y de estas cuáles causan diferencias aceptables y cuáles no- y por otro, sobre el rol que juegan las que denomina “permanencias” -en el aspecto de constituirse en instituciones socioespaciales significativas- como condiciones concretas en las que se desenvuelven estas actividades (Harvey, Op. Cit.:20-24).
Al igual que Harvey, también Bourdieu señala la interrelación entre las actividades humanas, en el sentido de prácticas; y estas permanencias no necesariamente materiales, al referirse a las funciones y relaciones como fundamento de los grupos: “En realidad, la estructura de un grupo (y en consecuencia la identidad social de los individuos que lo componen) depende de la función que se halla en el principio de su constitución y de su organización … al que la unidad de residencia autoriza a actúa colectivamente en cuanto grupo” (Bourdieu, 2007:267). Esta función originaria sostiene la construcción de cierta homogeneidad objetiva entendida como identidad social, en base al reconocimiento de la situación común -como lógica posicional- entre los agentes y los integrantes de los diferentes grupos sociales con relación a estas instituciones en su carácter de estructura social (Capdeville, 2011).
Esta identidad social, en tanto reconocimiento de la situación común con relación a las prácticas y permanencias que conforman determinadas condiciones de desarrollo; se constituye como el lugar desde donde reflexionar sobre la adecuada atribución de condiciones en el desarrollo socio territorial que ofrezca convenientes -y particulares- oportunidades de inclusión social a los agentes y grupos.
Avanzando más específicamente en la relación entre los elementos que conforman la configuración del desarrollo socio territorial y las actividades humanas que se desenvuelven en su interior, afirma Ceballos Ramos que la cualificación -una adecuada atribución de condiciones de desarrollo-, como garante de las condiciones suficientes de la calidad de vida urbana, debe integrar a la noción de calidad residencial tanto la dotación de espacios públicos y servicios infraestructurales -en especial los relativos a la satisfacción de las necesidades básicas de dotación de equipamientos de escala vecinal y urbana, de conectividad con la ciudad y respecto al estado general de las infraestructuras- como las políticas sociales destinadas a facilitar su apropiación - considerados en el sentido espacial, como también en el social y el simbólico- por parte de los agentes y grupos (Ceballos Ramos, 2008).
ESTADO DE LA CUESTIÓN
El enfoque morfológico de las condiciones de configuración urbana
Ya en los años 70 Hans Harms observaba el error de los modelos de análisis de la calidad residencial sin referencia a la realidad política y económica que le daba contexto (Harms, 1972), haciendo énfasis, como luego señala también Ceballos Ramos; en la importancia de la implementación de políticas de facilitación de la apropiación del desarrollo urbano, observando que: “habrá que formar alianzas entre los grupos de la comunidad y los profesionales preocupados por las cuestiones sociales, para enfrentarlas a las alianzas que forman la industria, las instituciones financieras y los organismos oficiales e incrementar la pericia y el poder político de las personas de ingresos bajos”. En el mismo sentido, Habraken postula la importancia de la intervención de los agentes y grupos en las decisiones que se toman sobre la construcción del entorno construido, entendiéndolo como un proceso no solamente técnico, sino como un proceso social definido por quienes y de qué manera toman las decisiones (Habraken, 1979: p. 12 y 13). Estos puntos de vista coinciden con el ya mencionado por Bourdieu, que relaciona las practicas sociales con las infraestructuras y equipamientos urbanos entendidos como permanencias, definiéndolas como factor de identidad para los agentes y grupos (Bourdieu, 2007) con potencial para constituirse como el lugar de reflexión sobre las condiciones de desarrollo que generan esas permanencias y sobre su necesidad de cambio.
Condiciones de configuración y condiciones de inclusión
Regresando ahora a la reflexión necesaria sobre las condiciones concretas en las que se desenvuelven las actividades humanas que enuncia Harvey, puede deducirse de la afirmación de Ceballos Ramos que la cualificación[1], particularmente en el sentido espacial, se refiere a las condiciones de accesibilidad urbana -accesibilidad al consumo de los recursos urbanos- como factor de inclusión social. En el mismo sentido puede considerarse desde Harvey que la accesibilidad es la realización del derecho real sobre los recursos urbanos (derecho al consumo de los recursos) y que esta tiene efectos sobre el ingreso real -la suma de los ingresos económicos, monetarios y no monetarios independientemente de su fuente de origen- de los agentes y de los grupos (Harvey, 1977: 66) constituyéndose como factor de inclusión social, ya que el acceso a los recursos urbanos afecta al capital poseído (Bourdieu 1993).
Basándose en este enfoque puede verificarse, tanto desde la elaboración teórica como de su constatación empírica, que algunas ciudades -en tanto configuraciones socio espaciales- son más accesibles que otras y que esta condición relaciona, especialmente en términos de la necesaria inclusión social; a la noción de calidad residencial la de conectividad con el centro (Ceballos Ramos 2008), que Harvey define como la situación de proximidad entre vivienda y empleo (Harvey, Op. Cit.:52).
Por otro lado, las actividades humanas que actúan sobre las condiciones de desarrollo tienen como factor hegemónico la acumulación de los recursos -rentabilidad- desde las particulares estrategias de cada grupo social. Es así como las distintas configuraciones del desarrollo territorial pueden entenderse en tanto efectos espaciales del "momento activo” de realización de las condiciones materiales de producción (Harvey, 1982: 377), dentro de una dinámica temporal global de acumulación y de reproducción social, y desde esta noción, a la estructura urbana -la situación relativa entre los elementos que conforman el soporte material de las actividades- como la modelización espacial de la distribución de los recursos urbanos.
Profundizando esa línea, la rentabilidad -dependiente de las condiciones de acumulación- se manifiesta en tres tipos básicos: la renta monopolista, asociada a la capacidad de pago del comprador y factor clave de la especulación inmobiliaria; la renta diferencial, asociada a las condiciones concretas del suelo en relación a las condiciones generales del conjunto; y la renta absoluta, originada en la existencia de la propiedad privada y asociada a la composición orgánica del capital (Harvey, 1977: 187). En estudios posteriores desarrollados sobre el suelo urbano se observa la continuidad de esta lógica (Harvey, 1982 y Jaramillo, 2008), reorganizada ahora en rentas urbanas primarias, realizadas en el momento de la producción; y rentas urbanas secundarias, realizadas al momento del consumo. En las primeras se ubican la renta primaria diferencial de tipo 1, asociada a las mejoras físicas; la renta primaria diferencial de tipo 2, asociada al valor de expectativa originada por futuros cambios en los índices de ocupación; y la renta absoluta urbana, que en este caso será la base estructural del nivel general de precios del suelo urbano (Jaramillo, 2008: 129 y ss.). En las segundas se encuentran las rentas diferencial de comercio, asociadas a la velocidad de rotación del capital comercial y sus articulaciones con los costos de transporte de mercancías, la segregación y la dimensión simbólica del espacio urbano; la renta diferencial de vivienda, asociada a su relación con otros valores de uso complementarios: equipamientos y servicios, transporte de pasajeros y centros de empleo; la renta diferencial de industria, asociada a la velocidad de rotación del capital productivo; y finalmente la renta de monopolio de segregación -renta monopolista-, asociada al carácter socio espacial segregativo propio de la ciudad capitalista que consiste en la privación del acceso a ciertos lugares de la ciudad a los grupos de menores ingresos (Jaramillo, Op. Cit., p. 162).
Puede concluirse, en base a la argumentación de Bourdieu; que el grado de accesibilidad urbana -dependiente de la situación de proximidad entre vivienda y empleo (Harvey, 1977 y Ceballos Ramos, 2008)- se constituye como factor de inclusión social en tanto integrante del capital poseído (Bourdieu 1993), siendo esta accesibilidad el resultado de la distribución de los recursos como efecto de determinadas condiciones de configuración del desarrollo basadas en la obtención de rentabilidad. En ese sentido Greg Scruggs ha señalado que observar los efectos de la transformación de la accesibilidad entre la vivienda y sus usos complementarios es el dato que define la eficacia de las políticas redistributivas.
Así es que el objeto de contribuir a la reflexión enunciada por Harvey implica emprender un estudio de la configuración del desarrollo -y más específicamente, de la atribución de condiciones de configuración de una urbanización-, determinando los elementos y relaciones que la integran en base a una lectura desagregada de sus efectos, especialmente los referidos a la situación dada entre las actividades -empleo y categoría de empleo- y los uso de suelo -vivienda y tipo de vivienda- (Harvey 1977 y 1982) para desde allí postular las acciones de cualificación con efectos sobre la redistribución de los recursos urbanos que se constituyan como oportunidades de inclusión social que definan las cualidades de la vida urbana de la ciudad.
Ese estudio de la configuración urbana supone integrar aspectos geográficos y espaciales - los propios de la estructura urbana como condiciones específicas en relación con las actividades humanas- a los aspectos socio económicos como factor de las practicas que concurren en el territorio (Harvey, 1982), estudiando las diferencias que se producen en el espacio, especialmente las originadas en las actividades de producción y sus efectos sobre el acceso al consumo de lo urbano, y de estas cuales son oportunidades de inclusión social para los agentes y grupos (Harvey, 1996), dentro del marco de las condiciones concretas de esa producción en tanto instituciones socioespaciales significativas (ver Figura N°1).
Figura N°1. Circulación y acumulación del capital.
Fuente: Harvey 1982, p. 411.
En esa tesitura, desde el campo específico del saber arquitectónico puede encontrarse en Phillipe Panerai (1983), y en De Solá Morales y Rubió (1986) estudios enfocados a la relación entre las formas de organización y las prácticas urbanas en diferentes contextos sociohistóricos útiles como base desde la cual generar los instrumentos cognitivos que contribuyan a la construcción de un pensamiento relacional entre configuración urbana y condiciones de inclusión social.
Asociado con los procesos sociales, Panerai, en su texto de 1983, se refiere a la necesidad de observar lo urbano en base a distintas perspectivas, donde, a partir de una base histórica de lo catastral como continuidad de las practicas que interactúan desde lo público -la calle- y lo privado -el tejido urbano como resultado material de esas continuidades, incorporando la noción de habitus propia del enfoque de la sociología (Panerai, 1983:179 a la 214) para entender la situación de los elementos que constituyen la configuración urbana en términos de permanencias. Puede recordarse que Bourdieu explica la noción de habitus como la subjetivación de la posición relativa de agentes y grupos, la conciencia objetiva de su situación en relación con la estructura socioespacial (Bourdieu, 1988b: 170 y ss.). Panerai afirma que la relación entre la forma urbana y las tipologías de los edificios construidos nace de un proceso social y lo que es característico de la historia de cada ciudad, pero sosteniendo esta tesitura desde la observación de la construcción trivial y cotidiana de la ciudad, puntualizando tres relaciones básicas desde donde interpretar la especificidad de lo urbano: la manzana y la calle, lo público y lo privado y el tipo como dialogo socio espacial, agregando que: “Donde se pone en juego el futuro de la arquitectura es en la periferia de las ciudades, entre la urbanización marginal y las strips comerciales, entre los pequeños edificios residenciales y los almacenes, entre los pavíllíons de fortune y los garajes. Nuestra legitimidad -en tanto disciplina- radica en la capacidad que tengamos de asumir la demanda social que allí se expresa y conferirle una forma urbana” (Panerai 1983: 182).
A este enfoque tipo-morfológico de base catastral de Solá Morales agrega, también dentro de la lógica estructuralista; una morfología analítica de base infraestructural, como aporte hacia una visión más disciplinaria del crecimiento de las ciudades. Compartiendo la base critica del neo racionalismo, el enfoque se concentra en la forma física, sus elementos y procesos; en la que los elementos son las unidades de forma -tipos edificatorios, parcelas, calles, infraestructuras-, y los procesos individuales son las diferentes prácticas -de actuación, construcción, propiedad, uso y transformación- que se suceden en el tiempo. En este orden de ideas, comunes con las del planteo tipo-morfológico, de Solá Morales llama la atención sobre la necesidad de reconocer, como complementariedad a la dualidad tipología-practicas, la importancia de reconocer las formas infraestructurales -vialidades, redes de servicios, grandes equipamientos- como formas independientes -tanto en el proyecto, en la ejecución y en el funcionamiento- de otras formas del catastro parcelario (de Solá-Morales 1986).
Entender la dimensión infraestructural como elemento de la morfología urbana implica incorporar al par calle-parcelario edificado la forma de urbanización -en términos de desarrollo de infraestructuras y equipamientos urbanos- y así entender la forma urbana como efecto de la combinación entre la forma de urbanización, la forma de parcelación y la forma de edificación, cada una de ellas sujetas a lógicas, escalas y ritmos diferentes pero que, leídas desde la experiencia de las practicas -experiencia adquirida desde el análisis detallado de los elementos constitutivos de la forma urbana-, pueden aportar al entendimiento y clasificación de las formas más aparentes, con el fin de conformar los criterios constituyentes de las posibles acciones de re configuración urbana.
La descomposición estructural de la forma urbana conceptual se sintetiza entonces en la relación combinatoria de los tres elementos formales y sus prácticas en el territorio y son -sobre todo el elemento infraestructural- los temas considerados críticos del “urbanismo real” -haciendo una diferenciación con el urbanismo racionalista de los CIAM- y una base posible desde donde relacionarlos con el objeto de analizar los procesos de configuración urbana a lo largo del tiempo. En esos términos -como un método sistematizado de referenciación espacial de los elementos de la configuración urbana- De Solá Morales entiende los procesos de configuración como realización de las condiciones materiales de producción y reproducción desde el análisis morfológico del crecimiento urbano (De Solá Morales, 1997: 21 y 49); desagregándolo en elementos tipológicos referidos a las condiciones de producción -entendida como parcelación-, la acumulación -entendida
como Urbanización- y la reproducción -entendida como edificación- (ver Figura N°2).
Figura N°2. Formas de crecimiento urbano.
Fuente: De Solá Morales i Rubió 1997, p. 21.
Desde el punto de vista de la sociología estructural y complementaria a esta -aunque no literalmente- visión estructuralista desde el ámbito de la arquitectura; Pierre Bourdieu dirá: “de hecho, el espacio social se retraduce en el espacio físico (ver Figura N°3), pero siempre de manera más o menos turbia: el poder sobre el espacio que da la posesión del capital en sus diversas especies se manifiesta en el espacio físico apropiado en la forma de determinada relación entre la estructura espacial de la distribución de los agentes y la estructura espacial de la distribución de los bienes o servicios, privados o públicos” (Bourdieu, 1993:120).
Figura N°3. Relaciones del espacio simbólico, social y físico en Bourdieu.
Fuente: Wacquant 2023, p. 52.
MARCO TEÓRICO
Modelos morfológicos como herramientas cognitivas de inclusión
Situados en el debate sobre el saber en el campo de la arquitectura contemporánea, la cuestión tipológica en tanto fenómeno comunicacional y su articulación en el discurso estructuralista como una base desde donde pensar una sistematización de las exploraciones de lo socio urbano como proceso propias de la tesitura del urbanismo analítico de base morfológica en sus distintas variantes es arrastrado por la misma crisis del discurso estructuralista ante la -presunta- perdida de sentido de los grandes relatos (Lyotard, 1996) y el advenimiento de los procesos intersubjetivos propios del posestructuralismo, dando lugar a los llamados modelos pragmáticos.
Este pasaje de la noción de estructura como factor de la subjetividad a la de subjetivación como proceso intersubjetivo es interpretado por Josep Montaner como propio de los procesos contemporáneos de metropolización (Conan, 2011), entendidos como los efectos de la globalización cultural en lo urbano -que arrastran consigo los modos de comunicación y los tipos de organización (incluidos los tipos arquitectónicos en su carácter comunicacional enunciados por Panerai, 1983)- y ante los que surge la necesidad de construir instrumentos adecuados para el conocimiento y la creación proyectual (Montaner, 2014).
Desde esta tesis, Montaner propone la relación entre la abstracción diagramática -como medio de inteligibilidad analítica – el que puede ser entendido en los términos de un análisis tipológico en el sentido de genealogía morfológica -una taxonomía arquitectónica cuyo reino es la arquitectura y su caso el proyecto-, con posibilidades prospectivas para la construcción de escenarios y en esos términos, herramienta para la generación de criterios y lineamientos de gestión y de propuesta proyectual-, la experiencia -como conexión con el mundo-, y la acción -como verificación en la praxis-, como estrategia proyectual, asignando el rol protagónico de este dispositivo a la esfera de lo intersubjetivo como construcción del sujeto como producto de las relaciones intersubjetivas. En ese contexto, una premisa adecuada -en un necesario esfuerzo indagatorio sobre un objeto de estudio cada vez más complejo- sería ver a la arquitectura y el urbanismo no como disciplinas sino como saberes instrumentales, no solo en continua transformación, sino en intercambio con otros saberes del espacio.
Paralelamente, se constata en la praxis la utilidad de la investigación de la estructura urbana como modelo sintético de la información de base destinado a la elaboración de escenarios -estados de situación, modelos proyectuales o modelos de futuro de lo urbano- en la instancia de diagnóstico de las distintas tareas de planificación urbana, y en esos términos; de la usual relación positiva de estos modelos -y de su marco teórico- con las políticas de intervención y sus instrumentos operativos a desplegar en la ciudad. En ese orden es que la doble definición planteada por el modelo paradigmático -en términos de procedimiento y en términos de escala que lleva la noción de morfología a lo territorial- facilita la construcción de modelos de futuro -estados de situación- que presenten alternativas para la formulación de criterios y lineamientos de la acción pública
Es entonces que el planteo de escenarios alternativos complementarios -como una estrategia proyectual adaptativa- se presenta como instrumento contemporáneo en la línea del análisis urbano el cual - partiendo del tipo referido a lo arquitectónico que pasa a lo catastral y luego a lo infraestructural- toma ahora escala territorial que busca en los elementos del paisaje -infraestructuras viarias y trazados ferroviarios, cursos de agua, antiguas y nuevas centralidades, grandes vacíos y espacios de límite-, potenciales engranajes de una renovada estructura espacial a escala metropolitana (Vecslir, 2013).
Se trata de investigaciones sobre los efectos programáticos de potenciales intervenciones espaciales donde el programa no viene predeterminado, sino que se construye en el transcurso del proceso iterativo entre análisis, diagnóstico y proyecto -en tanto construcción intersubjetiva- como esa oportunidad para “entender y establecer relaciones activas con el mundo” (Mateos 2009).
En esa línea, los modelos de análisis diagramático-espaciales del tipo metodología de modificación integrada o IMM (Tadi y Manesh 2012) abren la posibilidad de integrar los modelos asociados a la morfología analítica de base infraestructural (Font, 1974, Hiller, 1984, 1996, de Solá Morales, 1997, Doval Abad, 2013) con los procesos de configuración del desarrollo urbano de base instrumentalista (Harvey, 1982, 1996, Smith 2005) a partir de la determinación de variables complejas espacializadas y sus relaciones significativas, como esos instrumentos cognitivos que contribuyan a la construcción de un pensamiento relacional (Bourdieu y Wacquant, 2008, Cuenin, 2010, Núñez 2013, Wacquant 2023) que vincule la configuración urbana y las condiciones de inclusión social en modelos de re configuración mediante la redistribución de los recursos urbanos y la generación de instrumentos normativos y de gestión participativa correspondientes. (Montaner, 2014 y Mathey, 2018).
Emerge de esta apretada síntesis la necesidad de un abordaje relacional (Bourdieu y Wacquant, 2008) entre situación territorial -el modelo de crecimiento extensivo de baja densidad de la ciudad- y las oportunidades de inclusión social -el grado de accesibilidad y sostenibilidad socioambiental del modelo-. En este aspecto, no surge de una lectura preliminar la existencia de investigaciones referidas a la cualificación del desarrollo como oportunidad para la inclusión social a nivel nacional, regional o local desde esa necesaria mirada espacializada y relacional. Si bien existen trabajos referidos a la cualificación urbana (Ceballos Ramos, 2008 y Miret García, 2010), al abordaje relacional de lo urbano (Gutiérrez 2002, 2007, 2012 y Núñez, 2013) y a las intervenciones participativas desde el proyecto urbano (Vecslir Peri 2010), no se observan investigaciones que reúnan lo relacional y lo espacial en modelos de análisis y propuesta integrados en sistemas cognitivos, si bien son de gran valor los enfoques de Gutiérrez del punto de vista relacional de Bourdieu y el trabajo de Núñez abriendo un camino al estudio de lo espacial como espacio diferencial, así como los aportes de modelos matemáticos de Hiller (1984, 1996) y Cuenin (2010), los ejemplos más eficaces de aplicación de una metodología que relacione situación territorial y oportunidades de inclusión social pueden verse en el trabajo de Tadi et alt (2017) en la favela Rocinha, Rio de Janeiro. Puede observarse en los trabajos realizados por este autor desde 2011 las posibilidades del método para su empleo en diferentes enfoques de sistemas adaptativos complejos -CAS, en sus siglas en inglés-, donde la acción sobre una variable implica efectos de adaptación o búsqueda de equilibrio al interior del sistema (ver Figura N°4).
Figura N°4. Componentes y relaciones de un sistema adaptativo complejo (CAS).
Fuente: Tadi 2017, p. 358.
En tal marco, este trabajo de investigación urbanística, que se enfoca en los modelos morfológicos – analíticos con objetivos de inclusión social, se ubica en la línea de las practicas socio territoriales, sin perder por ello ese enfoque relacional, transversal e interdisciplinario necesario para la construcción de los instrumentos de cualificación urbana eficaces como factor de inclusión social indagando, según el marco establecido por Harvey, en cómo se producen las diferencias en las condiciones de desarrollo como efecto de las actividades humanas, y de estas diferencias, cuales son aceptables como oportunidades de inclusión social en la configuración del desarrollo, analizando los elementos de la estructura urbana -mejoras, desarrollos urbanos públicos y privados, variación de indicadores de constructibidad, políticas fiscales y de formalización- como factores de la producción y reproducción de las prácticas de los agentes y grupos, desde el supuesto que las condiciones de acceso a los recursos urbanos son efecto de la atribución de condiciones de configuración del desarrollo en tanto soporte de las actividades humanas.
Haciendo eje entonces en la configuración urbana -organización territorial en los términos de Pradilla (1989)- como factor de acceso a los recursos, puede regresarse a la interpretación que hace Wacquant (2023) de lo que Bourdieu describe como la manifestación espacial del espacio social (Bourdieu, 1993).
Figura N°5. Manifestación espacial del espacio social.
Fuente: Elaboración desde Wacquant 2023.
Esta manifestación espacial es desde donde construir un esquema topológico de las tensiones entre los tipos de espacio -medios o capitales- establecidos: el espacio simbólico -el capital-; el espacio social -el fondo de consumo- y el espacio físico -el sistema de soporte material- y sus relaciones dinámicas -como acciones basadas en las expectativas de ganancia y articuladas por las reglas sociales en el espacio-: de producción -entre capital y sistema de soporte, donde el capital define las reglas y el sistema de soporte facilita la acción de aquel-; de consumo -entre fondo de consumo y sistema de soporte, donde el sistema de soporte contiene y el fondo de consumo reclama-; y de transferencia -entre capital y fondo de consumo, donde el capital define las reglas y el fondo de consumo implementa estrategias de resistencia- (ver Figura N°5).
Recordando la idea de configuración u organización territorial desde el enfoque instrumentalista, se puede decir que el proceso de configuración del espacio urbano es un "momento activo” de realización de sus condiciones materiales de producción, dentro de la dinámica temporal global de la acumulación y de la reproducción social (Harvey 1982), y desde esta noción -donde la posibilidad de existencia de distintas configuraciones son propias de diferentes equilibrios entre captación y socialización de plusvalías- deducir que ciertas configuraciones del espacio urbano se corresponden con ciertas condiciones de accesibilidad a los recursos.
Al desarrollar esta idea de proceso de configuración, este se inscribe en una dimensión temporal que describe Pradilla (1989) y desde donde pueden definirse una serie de variables significativas. Es así que Pradilla define la configuración u organización territorial del sistema de soportes materiales de la formación social -y de sus partes constitutivas- como el reflejo del desarrollo de las contradicciones internas del modo de producción dominante en el periodo histórico, en el contexto de un sistema económico que presenta periódicas crisis de sobreacumulación con la consecuente mediatización o solución temporal que determina periodos económicos de onda corta -de recesión y expansión de la economía- diferidas en el sentido centro periferia y donde la combinación de sucesivas ondas cortas y sus características dominantes dan lugar a periodos u ondas largas con tendencias dominantes -de expansión o recesión económica-
La organización territorial entonces manifiesta modificaciones evidentes en el ciclo de onda larga que pueden observarse en la composición orgánica del capital (COC) -que es la relación porcentual entre el valor del capital y el valor del trabajo-, la razón de plusvalor -tasa de explotación o costo relativo de la movilización del capital- y la razón de circulación del capital -TNA o costo del dinero- como definitorias de la tasa media de ganancia -que regula el ciclo corto o largo de la economía- (Pradilla, 1989, p. 84 y ss.).
Si se tiene en cuenta que la idea de configuración supone un proceso al interior del ciclo del capital (Harvey, 1982, p.139) y operacionalizando sus elementos diferenciados homológicamente al esquema trialéctico de Wacquant (2023) es posible alojar los componentes de la tasa media de ganancias ubicándolos como dimensiones deducidas -o variables complejas- del sistema en los tipos de espacio del modelo: La composición orgánica del capital como relación entre el capital fijo y variable (el fondo de consumo) -como consecuencia espacial de la integración vertical de la producción-; La tasa de plusvalor –especialmente el salario indirecto- como relación entre el fondo de consumo y el SSM.; y la tasa de circulación -en especial las imposiciones a la generación de valor privado- como relación entre el capital fijo y el SSM. Estableciendo la relacion entre capital y estructura urbana como elementos de la configuración urbana, y la relacion entre esta y el fondo de consumo como elementos de la objetivación de las condiciones de integración social (ver Figura N°6).
Figura N°6. Acumulación y configuración territorial.
Fuente: Elaboración desde Pradilla 1989.
Regresando ahora a la idea de que a distintas configuraciones se corresponden a distintas relaciones de equilibrio entre captación y socialización de plusvalías -y sus efectos de integración social-, puede desarrollarse -provisionalmente a nivel cualitativo- una colección de diagramas radiales que grafiquen la relación entre categorías -COC, razón de circulación y razón de plusvalor- y modelos de configuración urbana.
Desde esa afirmación es útil construir, aun a título de referente; un modelo homológico de configuración que se corresponda con lo que Harvey definía como el escenario de especulación urbana optima (Harvey, 1973), donde la razón de circulación y la de plusvalor tienden a cero (configuración especulativa optima), y la composición orgánica del capital tiende a un máximo, por un lado (ver Figura N°7); y un escenario de integración social optima (o configuración integrativa optimo), donde por el contrario razón de circulación y de plusvalor tienden a un máximo y la composición orgánica del capital tiende a cero (ver Figura N°8).
Figura N°7. Modelo de especulación óptima.
Fuente: Elaboración propia.
Figura N°8. Modelo de integración óptima.
Fuente: Elaboración propia.
En el caso de aplicación en la ciudad intermedia latinoamericana pueden plantearse, de acuerdo con estos principios; modelos homológicos de configuración que aporten a una taxonomía local tentativa; en este caso como medio cognitivo para la interpretación de los efectos de la acción reactante. Como modelo teórico, Pueden observarse en la ilustración tres modelos de configuración en una ciudad intermedia latinoamericana -a título hipotético-, sus características y tendencia; representados desde su estructura homológica (ver Figura N°9).
Figura N°9. Configuraciones urbanas típicas en ciudades intermedias latinoamericanas.
Fuente: Elaboración propia.
La ciudad dispersa solvente -propia de los sectores captores de las rentas de monopolio de vivienda, donde la composición orgánica del capital tiende al máximo -con tendencia a aumentar- desde la presencia de comercios de gran superficie y ausencia de comercio de escala barrial, la razón de circulación tiende al mínimo -con tendencia a una disminución más acentuada- desde las mínimas obligaciones fiscales relacionadas con la movilización de suelo en la periferia y donde la razón de plusvalor es mínima y con tendencia a disminuir, dada la ausencia de equipamientos y servicios de este modelo de crecimiento.
También de Solá Morales interpreta la configuración urbana como un proceso en el tiempo, cuando afirma que la construcción de la ciudad -de una parte de la ciudad- combina distintas operaciones sobre el suelo y la edificación a lo largo del tiempo (De Solá Morales 1993), que define como la operación de urbanización -o estructuración basada en el sistema de soporte material-; la operación de parcelación -o capitalización basada en la fijación del capital, lo que define el modo e intensidad de uso-; y la de edificación -o socialización como consumo de los recursos-. Estas tres operaciones no son actos simultáneos ni encadenados siempre de igual manera, sino que están relacionadas a las características de la onda corta del ciclo económico, y sus múltiples formas de combinación en el tiempo y en el espacio dan origen a la variedad morfológica de las ciudades.
Siguiendo el razonamiento de de Solá Morales, existe una relacion entre el modelo de desarrollo, el orden de aparición de las operaciones sobre el suelo y las características del ciclo económico (ver Figura N°10):
Figura N°10. Modos de crecimiento como elementos de un sistema complejo.
Fuente: Elaboración propia desde de Solá Morales.
También existe una relación entre estas combinaciones operativas sobre una parte –o área- de la ciudad y ciertos fenómenos emergentes en otras partes de la ciudad, ya sea directa o indirectamente como efectos reestructurantes. A estas combinaciones operativas, en la medida que generan efectos de reestructuración, las entendemos como las acciones reactantes propias de los sistemas complejos que menciona Tadi (2011).
HIPÓTESIS DE TRABAJO Y ESTUDIO DE CASO
La conformación morfológica de ciudades intermedias en la Latinoamericana contemporánea
En términos generales, el modelo de expansión urbana con alta dispersión y discontinuidades en la trama que se da en los últimos años en distintas ciudades latinoamericanas de escala intermedia y que pone en crisis la oferta de servicios urbanos y redes de infraestructura ya escasa por condiciones estructurales, se corresponde como se sabe con lo que Harvey definía como escenario de especulación urbana optima (Harvey 1973: 199) surgida de la renta de segregación, donde la rentabilidad determina el uso del suelo, desde la facultad monopólica de la retención especulativa con ausencia de redistribución de recursos en términos de mejoras, tanto en el centro como en el caso de las grandes superficies periféricas de suelo asignadas con usos residencial parque o similar de escasas exigencias en infraestructura y equipamiento, y donde prevalecen las rentas secundarias y de monopolio que se realizan al momento de la circulación sobre el relativamente menor costo total de producción en relación al precio de mercado, todo ello acompañado por una política fiscal que cargue sobre el consumo la imposición para el desarrollo de las obras publicas.
A este escenario se contrapone el de un desarrollo territorial optimo, surgido de las rentas diferenciales, donde el uso del suelo determina la rentabilidad, desde la realización de las mejoras en infraestructura y equipamiento que efectivizan la redistribución de los recursos urbanos, tanto en términos de reproducción simple -por ser generas de empleo- como ampliada -al inducir rentas secundarias a escala barrial, mejorando la situación entre vivienda y empleo al disminuir el costo social de transporte de los actores y grupos, resintiendo a la vez el valor de atesoramiento del suelo urbano inmovilizado, en este caso sobre una base fiscal que cargue la imposición destinada a la obra pública sobre la renta al patrimonio, lo que conduce, en el caso de América Latina; a la necesidad de plantear políticas de desarrollo urbano que, mediante la generación de instrumentos normativos que relacionen expansión urbana y oferta de servicios, aseguren la atribución de condiciones de configuración del desarrollo como factor redistributivo (Mathey, 1992, Ceballos Ramos, 2008).
Desde este escenario multiescalar surge la necesidad de revisión de los instrumentos y métodos de la urbanística con el objeto de explicar el proceso de territorializacion, analizando el tipo de relación que existe entre la forma de configuración urbana y el grado de distribución de los recursos en el territorio y como esto afecta a las condiciones de inclusión social de agentes y grupos, como herramienta cognitiva para el análisis relacional entre los procesos de configuración morfológica del desarrollo -desde sus aspectos infraestructurales, económicos y sociales- y su aplicación en la producción de instrumentos normativos y de gestión participativa para el cambio significativo en las condiciones de inclusión social desde la redistribución de los recursos urbanos.
Específicamente intentamos responder a dos interrogantes complementarios desde la idea de cualificación como factor de redistribución de los recursos urbanos:
Formulación de la hipótesis
El elevado costo del desarrollo y sustentabilidad de las infraestructuras de servicios de la ciudad de Bahía Blanca dificultan el acceso a los recursos urbanos, disminuyendo las oportunidades de inclusión social de agentes y grupos al disminuir el grado de desarrollo urbano y aumentar el grado de polarización residencial y desajuste de actividades, propias de configuraciones de desarrollo desequilibrado del modelo de ciudad neoliberal.
La utilización de métodos de análisis diagramático-espaciales facilita la ubicación relativa de los elementos y actividades, su situación y efecto con relación a los otros elementos del sistema, constituyéndose así en una herramienta cognitiva útil -tanto en la etapa de análisis como de propuesta de gestión de lo urbano- para la reflexión sobre la cualificación urbana como medio para la gestión participativa de situaciones de mayor equilibrio mediante la aplicación de instrumentos de redistribución de los recursos urbanos con efectos de inclusión social.
Objetivos generales
Indagar en la cualificación urbana en tanto atribución de condiciones de configuración enfocada en las oportunidades de inclusión social, definiendo un sistema de variables teórico- operativas ordenadas en diferentes unidades de análisis, y realizando el análisis de correspondencias entre estas, con el fin de determinar el grado de accesibilidad como efecto de la redistribución de los recursos urbanos.
Objetivos particulares
Materiales y métodos
Básicamente con fines de síntesis, se recuerda que el enfoque IMM -acrónimo de Integrated Modification Methodology[2]- investiga las relaciones entre la morfología urbana y el desempeño socioambiental centrándose en los subsistemas que lo componen -entendidos estos como un caso particular de sistema complejo con capacidad de adaptación a partir del aprendizaje- que permite analógicamente caracterizar la evolución de la morfología urbana.
En estos sistemas complejos, en primer lugar; los agentes se adaptan para mejorar su rendimiento, en respuesta a las nuevas limitaciones internas y externas y, en segundo lugar, los subsistemas consisten en diferentes miembros heterogéneos, o agentes, que están conectados entre sí de manera no lineal. Un agente dentro del contexto de la ciudad puede ser un edificio, espacio abierto, personas, etc. que componen la ciudad; y, en tercer lugar, y debido a la presencia de diferentes tipos de agentes y diferentes relaciones no lineales entre ellos, los sistemas complejos también necesitan muchos subsistemas diferentes para vincular estos agentes. Cada subsistema afecta a otros agentes y subsistemas, ya sea directa o indirectamente, y esta es una de las características más importantes de los sistemas adaptativos complejos. Una síntesis metodológica del IMM podría exponerse desde Pradilla (1989) en términos de Organización Territorial (Ver Figura N° 11 y compárese con Figura N° 10).
Figura N°11. EL proceso de configuración urbana como sistema complejo.
Fuentes: Elaboración propia.
La modelización diagramática -que expone las relaciones entre variables que fundamentan la hipótesis- del concepto de configuración urbana como sistema complejo (Figura N°11) explica de modo sintético las correspondencias que se generan entre acciones y reacciones en un sistema complejo y sirve de base lógica para la deducción de acciones reactantes inclusivas de cualificación.
METODOLOGÍA DE TRABAJO
En función del cumplimiento de los objetivos generales y particulares planteados en este trabajo, se han realizado estudios cuanti-cualitativo explicativos conforme los siguientes ejes metodológicos:
RESULTADOS
La actual conformación morfológica de Bahía Blanca y sus efectos sobre la inclusión social
En el caso de Bahía Blanca, ciudad intermedia situada al suroeste de la Pcia. De Buenos Aires -336574 habitantes (INDEC 2022), 237.35Km2 de superficie, U$D24122 PIB per cápita, Gini por ingreso 0.419; el principal problema referido a la atribución de condiciones de configuración entendidas como oportunidades de inclusión social es el elevado costo del desarrollo y sustentabilidad de las infraestructuras de servicios urbanos. Esta situación genera efectos negativos sobre la accesibilidad de los agentes y grupos a los recursos urbanos, como resultado del proceso de crecimiento disperso seguido durante los últimos cuarenta años que impone la socialización de insostenibles costos de urbanización asociados al escenario de especulación urbana optima surgida de la renta de segregación, donde la rentabilidad determina el uso de suelo desde la facultad monopólica de la retención especulativa con ausencia de redistribución de recursos en términos de mejoras (Harvey, 1973, p. 199), lo que origina subsidiariamente efectos de polarización -cuyas consecuencias son los elevados costos de provisión de infraestructuras y equipamientos que implica la distribución dispersa de la población- y desajuste espacial -cuyas consecuencias son los costos sociales de transporte que supone la disociación espacial entre vivienda y empleo-, con efectos negativos sobre la accesibilidad de los agentes y grupos a los recursos urbanos, resultado del proceso de crecimiento disperso seguido durante los últimos cuarenta años que impone insostenibles costos de urbanización.
Continuando en el plano local, surge del análisis comparado de la evolución de la mancha de ocupación del suelo con relación a la de servicios de infraestructura del aglomerado urbano la verificación del escenario que se da en otras ciudades intermedias latinoamericanas, no obstante renovarse periódicamente los instrumentos de planificación local -aunque muchos de ellos sin efectos vinculantes sobre el uso del suelo- donde se suceden las críticas al modelo de ultra baja densidad en curso. En el caso de la ciudad de Bahía Blanca, el modelo de crecimiento dado en la práctica en los últimos cuarenta años ha resultado en una ocupación extensiva del territorio, de baja densidad, cada vez más comprometido en términos de riesgo frente a la accesibilidad y sostenibilidad del desarrollo y, consecuentemente, a la calidad de vida de los habitantes (UGM BAHIA2030, 2019). Mientras que la ocupación socio-residencial se ha polarizado, elevando focalmente la densidad en ciertos puntos del microcentro y haciéndola descender a niveles menores a los 24 hab./Ha. en determinadas áreas periféricas, la ocupación productiva se ha desajustado, disociándose del uso residencial. Eso es razonable en el caso de la industria pesada, dado su impacto ambiental negativo, pero no así en el caso de la actividad comercial y de servicios complementaria al uso residencial, que tiende a abandonar la estructura de subcentros y se focaliza en el centro histórico administrativo y en puntuales vías que asumen centralidades sectoriales de manera aun embrionaria. Ello provoca un importante aumento en los costos sociales de transporte para los grupos sociales, en el déficit de la infraestructura viaria a nivel general y en especial en las vías troncales de egreso del macrocentro, producto de los flujos de movilidad resultantes, además del insostenible impacto ambiental ocasionado por ser la movilidad vehicular privada un importante emisor de GEI a nivel urbano.
En este contexto de marcada polarización, con efectos sobre los costos de provisión de infraestructuras y equipamientos que implica la distribución dispersa de la población; y desajuste espacial, con efectos sobre el costo social del transporte que implica la disociación espacial entre vivienda y empleo, que impacta negativamente sobre las condiciones de accesibilidad urbana, el PDUA del Campus UNS en Altos de Palihue deberá contribuir al desarrollo, sostenibilidad e inclusión socioespacial para las necesidades de la comunidad universitaria y los vecinos del sector.
Análisis y evaluación del modelo tendencial
A escala del sector de intervención, en el margen este del valle del arroyo Napostá y a unos 2000mts. Al norte de su embalse derivador en el parque de mayo, la actual configuración urbana en el cuadrante se ha venido desarrollando a lo largo de las vías troncales -Calle Sarmiento y su continuidad por Av. Cabrera en calidad de eje estructurante- como efecto de la presencia de importantes superficies de suelo detenido -parques urbanos y grandes parcelas tanto públicas como privadas- que hacen de barrera -junto a las características geográficas del valle del Napostá- al desarrollo de la superficie urbanizada al noreste de la ciudad.
La configuración urbana se entiende en este trabajo como la relación que se establece entre la estructura urbana -esos elementos y procesos que ordenan la realización de las actividades en la ciudad, como lo son las características geográficas, la red viaria jerarquizada, la presencia de servicios infraestructurales, o el riesgo ambiental- y el capital fijo o fijado -las practicas del capital privado que definen la situación de las diferentes actividades de la producción de la ciudad, esencialmente el emplazamiento del capital fijado al suelo- (figura N°12).
Figura N°12. configuración actual del sector.
Fuente: Elaboración propia.
Criterios de planeamiento y lineamientos de actuación
La accesibilidad urbana -entendida como la capacidad de alcanzar el conjunto de oportunidades que ofrece lo urbano[4]- se constituye en el factor que determina el grado de bienestar de los habitantes de la ciudad. Desde este criterio, si quiere indagarse sobre el grado de accesibilidad de ciertas configuraciones urbanas debe incorporarse a la relación entre estructura y capital fijo la relación entre estas y las condiciones de consumo de lo urbano -las condiciones de los que consumen con relación a las infraestructuras y servicios- que en este trabajo se conoce como asequibilidad del fondo de consumo y se conforma, a su vez; por la relación entre las condiciones de ingreso del sector poblacional y el costo social de transporte destinado a la adquisición de bienes y servicios corrientes, considerándose como un efecto de la configuración del área de referencia y como un factor para la construcción de lineamientos en el área de influencia del plan.
En términos de efectos -digamos exógenos- entonces puede observarse en el sector que los grupos de ingresos medios y bajo con costo social de transporte se encuentran al noroeste, al otro lado del ingreso por ruta 33, mientras que los grupos de ingresos medios o no pobres con costo social de transporte se encuentran a menos de 500mts. Por el suroeste -Palihue y altos de Palihue, o por el sureste -Palos Verdes, Altos de Bahía, Patagonia- (ver figura N°13).
Figura N°13. identificación actual del sector.
Fuente: Elaboración propia.
Como factor[5] endógeno, la población del campus -alumnos, docentes y no docentes- es la variable cuanti-cualitativa relevante para el dimensionado de las superficies de uso necesarias que constituyen los programas del plan en el momento actual -y la presión que ejerzan sobre el soporte de servicios en el sector de intervención- y su ulterior progresión en el tiempo, lo que se traduce en una necesaria cantidad de superficie construible -constructibidad- en el predio del Campus a lo largo de un periodo estimado de tiempo de 50 años -que es el periodo de tiempo en el cual las actuales estructuras construidas sobrepasa su vida útil- posteriormente a lo cual podría considerarse su renovación con los cambios de constructibidad consecuentes a la evolución del sector (ver figura N°14).
Figura N°14. Evolución de la matricula y constructibidad necesaria.
Fuente: Elaboración propia.
Criterios del PLAN
Según proyecciones realizadas en base a los datos del sistema Araucano[6] entre los años 1999 y 2017, la matricula activa de alumnos asistentes al campus Altos de Palihue evolucionará de 10191 alumnos en 2020 a 27341 alumnos en 2070, considerando un aumento del 40% de la matricula -alumnos residentes en la ciudad- al 0,6% anual y el 60% de la matricula -alumnos no residentes- al 1.3% anual[7]. Esta variación, de aproximadamente el 1.02%, supone la construcción anual de unos 1500.00m2 de infraestructura académica durante los próximos 50 años, a la que se suman -en líneas generales[8]- la construcción de superficies de uso complementario académico -unos 950.00m2 anuales de laboratorios, bibliotecas, administración- de bienestar -unos 450.00m2 anuales de comedor, proveeduría, sala médica, lactario y unos 550.00m2 anuales de viviendas -esto sin considerar las sinergias ocasionadas por el sector privado en virtud del mercado de alquileres emergente- destinadas preponderantemente a alumnos no residentes con vulnerabilidad crítica- y deportivo y de ocio al aire libre -unos 5825.00m2 anuales de intercambiadores ambientales cualificados -forestados, equipados, regados e iluminados- que hagan de retención biológica de la humedad del suelo, como soporte al necesario programa de forestación de la totalidad del campus-
Sintéticamente, la UNS debería -si quiere alojar a la matricula activa en el campus Altos de Palihue al ritmo de crecimiento que presenta su evolución proyectada en condiciones que garanticen accesibilidad urbana para los usuarios del campus sin impactar negativamente en el sector- construir a un ritmo cercano a los 3450.00m2 cubiertos y 6000.00m2 de espacio verde anuales -lo que significa un gasto anual cercano al 20% del presupuesto de funcionamiento de la UNS[9]- para los próximos 50 años[10].
Propuesta general del PLAN (Instrumentos – acciones reactantes)
La situación propuesta se refiere a las acciones dirigidas a la cualificación urbana del sector desde sus efectos sobre la accesibilidad.
En estos términos, se establece una serie de ejes temáticos como marcadores del tablero de comandos a coordinarse de manera integral desde el dispositivo de contralor del PLAN, que establece criterios de trazabilidad de las acciones del PLAN y los constituye como indicadores de desempeño en los términos del ODS11 de la agenda BID 2016 y su necesaria relación con el PLAN BID 2019 y ordenanzas locales (ver Figura N°15):
Figura N°15. Propuesta como acción de cualificación urbana.
Fuente: Elaboración propia.
Ejes temáticos del PLAN
CONCLUSIONES
Aportes al estado de la cuestión
Se enunciaba en la hipótesis que la utilización de métodos de análisis diagramático-espaciales facilitan la ubicación relativa de los elementos y actividades, su situación y efecto con relación a los otros elementos del sistema, constituyéndose en una herramienta cognitiva útil para la reflexión sobre la cualificación urbana como medio para la inclusión social, razón por la cual resultaba de importancia Indagar en la cualificación urbana definiendo un sistema de variables teórico- operativas ordenadas en diferentes unidades de análisis, y realizando el análisis de correspondencias entre estas, con el fin de determinar el grado de accesibilidad como efecto de la redistribución de los recursos urbanos.
En ese sentido, puede afirmarse que la modelización diagramática del concepto de configuración urbana como sistema complejo (Figura N°11) resulta consistente tanto a los modelos de base instrumentalista (Harvey 1982) como a los modelos de análisis diagramático-espacial de modificación integrada (Tadi y Manesh, 2012), explicando de modo sintético las correspondencias que se generan entre acciones y reacciones en un sistema complejo y sirviendo de base lógica para la deducción de acciones reactantes inclusivas de cualificación.
Así es que, analizando el estudio de caso, puede afirmarse que en efecto se identifican las condiciones de configuración territorial -el desarrollo comercial a lo largo de las vías estructurantes en relación al borde urbanizado impuesto por las grandes superficies de suelo detenido que segregan el sector semiurbanizado y polarizan sobre las troncales- y su efecto sobre el acceso a los recursos urbanos de la población del sector de intervención -Los grupos
de ingresos medios y bajos con CST al noroeste del sector de intervención, y con mayor incidencia los propios usuarios primarios del campus y los efectos de polarización que ejerzan sobre el soporte de servicios, en especial el de transporte (ver TablaN°1).
Tabla N°1. análisis de correspondencias del sistema complejo en el sector.
Fuente: Elaboración propia.
En el mismo sentido se definen acciones de cualificación con el objeto de inducir efectos de accesibilidad tanto en lo que se refiere a los usuarios primarios del programa (la comunidad universitaria de la UNS) como a la comunidad vecina.
Figura N°16. Efectos de la acción reactante y modelización homológica de la cualificación.
Fuente: Elaboración propia.
Así es que se espera desarrollar, con base en los ejes temáticos del plan, acciones de cualificación urbana que respondan a un estado de situación de mayor equilibrio, desde la gestión de suelo, equipamiento y vivienda para la comunidad universitaria; a partir de la lógica de movimientos de interconexión y penetración, la provisión de infraestructuras y el manejo ambiental, disminuyendo así el grado de polarización desde la radicación de vivienda y comercio de cercanías, así como de intercambiadores de servicios ambientales utilizables también como espacios verdes recreativos.
Como medio cognitivo para la gestión de oportunidades de inclusión tanto social como simbólica al interior de los agentes y grupos (en la Figura N°16 se ilustra, a modo de ejemplo; como la acción de cualificación disminuye la COC -al instalar comercio de proximidad en los bordes barriales del proyecto- aumentando en consecuencia la tasa de valorización o salario indirecto al mejorar la accesibilidad al bien o servicio), el modelo entonces permite integrar, si se las entiende desde el concepto de sistema adaptativo complejo de Tadi (2011); la colección de formas de crecimiento desarrolladas por De Solá Morales i Rubió (1997) para determinar el grado de accesibilidad del sistema urbano y deducir acciones de cualificación basadas en la redistribución de los recursos urbanos, no ya observando la evolución de cada forma en sí misma, sino relacionando las adaptaciones complejas que se establecen entre ellas (ver Figura N°10).
No obstante, resulta necesario en términos de operación -en el sentido de representación y manipulación del fenómeno modelizado- y consistencia -en el sentido de identificación, selección y contraste con la realidad empírica- pasar de la relación semántica entre la teoría y el fenómeno -la construcción de variables teóricas- a la relación simbólica entre el fenómeno y su operacionalización matemática -la construcción de variables operativas de carácter cuantitativo- (García García, 2013). En ese sentido, son de importancia los trabajos de Doval Abad (2013), que desarrolla una serie de indicadores morfológicos desde conceptualizaciones teóricas, Hiller (1984, 1996), que intenta hacer obvias las interconexiones entre hechos observables a partir de la determinación de sus propiedades formales, y también Cuenin (2010), que establece una sistémica relacional del conjunto de centralidades al interior de un aglomerado urbano a partir de una serie de variables cuantitativas.
RECOMENDACIONES
De la lectura de de Solá Morales (1997, p. 49) surge la cuestión del ciclo del capital con relación a la realización de determinadas infraestructuras, tema que es tratado por Harvey (1982) y Pradilla (1989). En ese contexto, el análisis de las formas de crecimiento contextualizadas en el ciclo económico puede ser una línea por seguir para la interpretación del sentido redistributivo de estas acciones de configuración urbana.
Del estudio de caso surge la utilidad de generar una serie de colecciones referidas a las características determinantes de las diferentes formas de crecimiento, a los efectos de operar sobre su grado de accesibilidad -y de sus efectos al interior del sistema urbano- desde la redistribución de los recursos urbanos.
En términos de operacionalidad y consistencia del modelo, sería útil avanzar sobre las variables teóricas del método para la definición de variables empíricas de rendimiento -de carácter cuantitativo- homologables a los ODS de la Agenda 2016 de la ONU.
Bourdieu, P. (1993). La miseria del mundo. Fondo de cultura económica. Buenos Aires.
Bourdieu, P. (1997). Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Editorial Anagrama. Barcelona.
Bourdieu, P. (2011). Las estrategias de la reproducción social. Siglo veintiuno editora. Buenos Aires.
Capdeville, J. (2011). El concepto de habitus: con Bourdieu y contra Bourdieu. Articulo en revista Anduli, revista andaluza de ciencias sociales n 10, 2011. pp. 31 a la 46.
Ceballos Ramos, O. (2008). La cualificación de la periferia urbana y el espacio público. Una reflexión desde las políticas públicas de Bogotá. Rev. Territorios, Núm. 18-19. Univ. De los Andes. Colombia.
Conan, Yuna (2011). El impacto socioespacial y sociocultural de la metropolización de las grandes aglomeraciones. Paris y Mérida ¿tan lejos y tan cerca?. Artículo en revista Península vol. VI núm. 1, primavera de 2011.
Cuenin, F. (2010). Identificación y fortalecimiento de centralidades urbanas. El caso de Quito. IDB – TN – 156. BID.
De Solá Morales I Rubió, M. (1987). La segunda historia del proyecto urbano. URBANISMO REVISTA n°5 publicación internacional periódica del Laboratorio de Urbanismo de Barcelona. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. UPC. Barcelona 1987.
De Solá Morales I Rubió, M. (1997) “Las formas del crecimiento urbano. Apunte de catedra URBANISTICA I” EDICIONS UPC. Edicions de la Universität Politécnica de Catalunya: SL Jordi Girona Salgado 31, 08034 Barcelona.
Doval Abad, M. (2013). Indicadores morfológicos y funcionales de carácter territorial. Articulo en Cuadernos de investigación urbanística (Ci [ur]) 86 de enero-febrero de 2013.
Font Arellano, A. (1974). Teoría y experiencia de la urbanización marginal. En LEWIS, David (1974) El crecimiento de las ciudades. GG. Ediciones Barcelona.
García- García, J. (2013). Resolver problemas y modelizar: un modelo de interacción. Articulo. En revista MAGIS. Vol. 5 núm. 11 enero-junio 2013.
Gutiérrez, A. (2002). Problematización de la pobreza urbana tras las categorías de Pierre Bourdieu. Artículo en revista Cuadernos de antropología social núm 15 2002. FFyL de la UBA.
Gutiérrez, A. (2007). “Pobre’, Como siempre… Estrategias de reproducción social de la pobreza. Ferreyra Editor, Córdoba. Argentina.
Gutiérrez, A. (2012). Reflexiones en torno al análisis de las redes sociales de la pobreza. Artículo en revista Sociológica, año 27, numero 76. Mayo agosto de 2012.
Habraken, N. J. et al. (1979). El diseño de soportes. GG. SA. Barcelona. España.
Harms, H. (1972). El problema de la vivienda para las personas de escasos recursos. Capítulo de libro. En Turner y Fichter (1972) Libertad para construir. SXXI editores.
Harnecker, M. (1984). Qué es la sociedad. Editorial Taller. República Dominicana.
Harvey, D. (1973). Urbanismo y desigualdad social. SIGLO XXI Ed. Madrid.
Harvey, D. (1982). Los límites del capitalismo y la teoría marxista. Fondo de Cultura Económica. México.
Harvey, D. (1996). Justicia, Naturaleza y la Geografía de la Diferencia. Traficantes de Sueños. C/ Duque de Alba, 13. 28012, Madrid.
Hiller, B. y Hanson, J. (1984). The social logic of space. Cambridge University Press. New York. EEUU.
Hiller, B. (1996). Space is the machine. A configurational theory of architecture. Cambridge University Press. London. UK.
Lyotard, J. F. (1986). La condición posmoderna. Informe sobre el saber. Ed. Catedra, Madrid.
Mathey, K. et al. (1992). Beyond self-help housing. Mansell Publishing Ltd. London, England.
Mathey, K. (2018). Urban Renewal and Revitalization. EC-Link Position Paper Draft Version 1.5. Edited by Florian Steinberg and Li Chunyan.
Montaner, J. M. (2014). Del diagrama a las experiencias, hacia una arquitectura de la acción. GG. Editora. Barcelona. España.
Núñez, A. (2013). Del derecho a la ciudad, al derecho al espacio diferencial. VII Jornadas Santiago Wallace de investigación en antropología social. Sección de antropología social. Instituto de ciencias antropológicas. FFyL. UBA. CABA.
Pradilla, E. (1989). Acumulación del capital y estructura territorial en América Latina.
Panderai, P. et al. (1983). Elementos de análisis urbano. Instituto de estudios de administración local. Fareso SA. ED. Madrid.
Smith, N. (1984) “Uneven development: nature, capital, and the production of space” Published by The University of Georgia Press. Athens, Georgia.
Smith, N. y Harvey, D. (2005). Capital financiero, propiedad inmobiliaria y cultura. Museu d’Art Contemporani de Barcelona, UAB. Barcelona.
Smolka, M. y Furtado, F. Editores (2014). Instrumentos notables de políticas de suelo en América Latina. Lincoln Institute of Land Policy. ECUADOR.
Tadi, M. y Manesh, V. (2011). Sustainable urban morphology emergence via complex adaptive system analysis: sustainable design in existing context”. Procedia Engineering 21 p. 89 a la 97.
Tadi, M. et al. (2017). Environmental Performance and Social Inclusion: A Project for the Rocinha Favela in Rio de Janeiro. 9th International Conference on Sustainability in Energy and Buildings, SEB-17, 5-7 July 2017, Chania, Crete, Greece
Tadi, M. et al. (2022). Urban Morphology, Environmental Performance and Energy Use: Holistic Transformation of Porto di Mare as Eco-District Via IMM. Capitulo, en Innovating Strategies and Solutions for Urban Performance and Regeneration (pp. 139 a la 152) Springer Nature Switzerland AG 2022.
Urriza, G. (2016). Expansión urbana, tierra vacante y demanda habitacional en Bahía Blanca. Modelos de ciudad y política urbana en debate. Articulo en revista QUID 16 núm. 6 octubre noviembre de 2016 pp. 281 – 320.
Vecslir Peri, L. y Anton, G. (2010). El proyecto urbano como instrumento de gestión y participación. Nuevas centralidades en el Plan de desarrollo local de Bahía Blanca. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2010, vol. XIV, nº 331 (10).
Vecslir, P. L. y Kozak, D. (2013). La ciudad genérica en el sur del conurbano bonaerense: El caso Lanús. En revista AREA fecha de publicación 10/2013. Ed. UBA FADU. CABA.
Wacquant, L. (2017). Bourdieu viene a la ciudad. Pertinencia, principios, aplicaciones. EURE Revista Latinoamericana de estudios urbanos regionales. Santiago de Chile: vol. 43, núm.129.
Wacquant, L. (2022). Repensar la ciudad con la trialéctica de Bourdieu. Articulo digital. https://herramienta.com.ar/repensar-la-ciudad-con-la-trialectica-de-bourdieu
Wacquant, L. (2023). Bourdieu in the city: Challenging Urban Theory. Polity Press. 65 Bridge Street. Cambridge CB2 1UR. UK.
[1] En términos semánticos, el DRAE define “cualificación como el efecto de “cualificar”: dar a alguien o algo las cualidades necesarias o adecuadas, a diferencia de “calificación” que se refiere a la ‘acción y efecto de calificar’ (‘juzgar el grado de suficiencia o la insuficiencia’).
[2] https://www.immdesignlab.com/about
[3] Ver acta 949 del consejo superior universitario de la Universidad Nacional del Sur p. 5.
[4] Plan de ordenamiento y desarrollo Bahía Blanca 2019 2030. Municipalidad de Bahía Blanca. Documento de trabajo (P. 6).
[5] La identidad, o proceso de identificación urbana (como complemento al de diferenciación, que interpreta la situacion de fijación del capital en la construcción de lo urbano) se considera como factor en el sentido de conformar el conjunto de condiciones a satisfacer con el fin de lograr resultados territoriales de integración socio espacial, por lo que las condiciones cuantitativas y cualitativas de la población en general, y particularmente la de los alumnos, es el parámetro que define el criterio cualificativo y los lineamientos a seguir en programas y proyectos.
[6] Fuente: araucano.siu.edu.ar/aplicación. php gentileza SGRIyP.
[7] Para conocer la evolución de la matricula en general y condiciones de vulnerabilidad ver ANEXO I p. 2 que acompaña y forma parte de este documento de trabajo
[8] Para conocer las superficies detalladas a construir véase ANEXO II p. 1 y ss. que acompañan y forman parte de este documento de trabajo.
[9] Históricamente, aunque con variaciones, el gasto en infraestructuras edilicias ronda entre el 5% y el 7% del presupuesto de funcionamiento de la UNS.
[10] Es recomendable, para el caso de un plan que establece un horizonte de decisiones a mediano, largo plazo, pensar una proyección consistente con la vida útil de los edificios, que en el caso de la obra pública deberá ser de unos 50 – 60 años.